le otorga el mismo reconocimiento al jocón (eso sí el de
carne de gallina), el kak ik, el pepián y los plátanos en mole. Con toda
solemnidad, el acuerdo justifica la decisión “por ser estos una manifestación
cultural –culinaria– que forman parte de la gastronomía guatemalteca”.
De acuerdo con Fernando Urquizú, el patrimonio intangible
se traduce en el conocimiento que se da de una generación a otra en la
elaboración de las comidas tradicionales. Son platos de carácter local que dan
identidad al país. Así, el jocón declarado es el de carne de gallina, ya que
este platillo adquiere un carácter local guatemalteco al combinar la gallina
castilla o criolla española con la salsas tradicionales de nuestro país, opina
el experto.
El mole guatemalteco es dulce y el mexicano es salado, y
se acostumbra acompañarlo con carnes blancas. “El nuestro tiene menos especias,
pero más canela, chocolate, ajonjolí, y se espesa con pan dulce tostado. Los
ingredientes son asados, a diferencia del mexicano, en el que se fríen. En una
palabra, el nuestro es sutil”, comenta el chef Juan Manuel Rossi.
Con el simple hecho que tengan una cucharada más de azúcar
o un plátano, ya es un sabor diferente del mexicano, explica. “Si Guatemala no
alegó nada cuando México declaró como su instrumento nacional la marimba, ¿qué
van a alegar ahora del mole?”
El kak ik es una comida ancestral de ascendencia
prehispánica, por eso tiene el color rojo que rememora en alguna medida la
sangre ritual de los antepasados en sus ceremonias.
El origen del pepián es un poco difícil de encontrar. Los
recados que los acompañan llevan una base parecida de tomate, miltomate,
ajonjolí, pepitoria y chiles.
Sin embargo, el pepián es más suave, mucho menos picante.
Existen varios tipos como el rojo y el negro. Finalmente, la comida
guatemalteca es el fruto de intercambios culturales con España y Latinoamérica,
acota Rossi.
El hecho de declararlo patrimonio intangible le dice al
extranjero que, además de poseer patrimonios como Tikal, Quiriguá y Antigua
Guatemala, reconocidos por la UNESCO; y a los garífunas como cultura viva,
también hay sabores y olores tradicionales de Guatemala.
Al chef Eduardo González no le cabe la menor duda de las
razones por las que los platillos terminaron por patentarse. “No solo son
platos distintivos de diferentes regiones. También tienen los ingredientes más
representativos de nuestra cocina: el cacao, la canela, el cilantro, la
pepitoria, el ajonjolí, chile cobanero, el tomate , la cebolla, el miltomate y
la pimienta gorda, el sabor nuestro”.
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